23 de abril de 2013 El 23 de abril, desde hace 17 años, la UNESCO celebra el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor. En todo el mundo, los Estados Miembros de la UNESCO celebran el poder de convocatoria del libro, que transmite la cultura de los pueblos y sus sueños de un futuro mejor. Este día brinda la oportunidad de reflexionar juntos sobre la mejor manera de difundir la cultura escrita y de permitir que todas las personas, hombres, mujeres y niños, accedan a ella, mediante el aprendizaje de la lectura y el apoyo al oficio de la edición, las librerías, las bibliotecas y las escuelas. Los libros son nuestros aliados para difundir la educación, la ciencia, la cultura y la información en todo el mundo. La ciudad de Bangkok ha sido designada «Capital Mundial del Libro 2013», en reconocimiento de su programa orientado a desarrollar la lectura entre los jóvenes y los sectores desfavorecidos de la población. Este ejemplo es una fuente de inspiración en nuestra labor colectiva en defensa de la diversidad editorial, la protección de la propiedad intelectual y el acceso en condiciones de igualdad a la riqueza de los libros. La UNESCO participa en esa labor en el espíritu de la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, con el conjunto de sus asociados, entre los que se encuentran la Unión Internacional de Editores, la Federación Internacional de Libreros y la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas. Este día nos sirve también para reflexionar sobre las transformaciones que ha experimentado el libro a largo plazo y sobre los valores inmateriales por los que debemos guiarnos. El libro digital ofrece nuevas oportunidades de acceso a los conocimientos, con un costo reducido, en ámbitos muy amplios. El libro tradicional sigue siendo una tecnología poderosa, que no sufre averías, que podemos llevar con nosotros y que resiste la prueba del tiempo. El libro, en cada una de sus formas, es un instrumento precioso que contribuye a la educación y a difundir la cultura y la información. La diversidad de libros y de contenidos es una fuente de enriquecimiento que debemos hacer efectiva mediante políticas públicas adaptadas, luchando contra la uniformización cultural. Esta bibliodiversidad es nuestra riqueza común, que hace del libro mucho más que un objeto puramente material, a saber, la más bella invención del ser humano para el intercambio de ideas más allá de las fronteras del espacio y el tiempo. Irina Bokova
martes, 23 de abril de 2013
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