Andaba yo cerrando una actividad que nos había hecho movilizar a todo el instituto (profesores, alumnado, PAS y padres/madres todos en conjunto) cuando se me acercaron para presentarme a Amin, representante de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía e inmigrante marroquí. Pude poco menos que saludarle y tuve que volver a la "sencilla" labor de coordinar la recogida de todo el material desplegado, control del alumnado,...
Unos minutos después, cuando todo estaba bastante organizado y el alumnado reunido en el patio, pude acercarme de nuevo a hablar con él. Me parecía una presencia interesante pues estabamos gastando mucho esfuerzo y quería ver que podían pensar desde fuera y sobre todo alguien cercano a un problema que intentábamos abordar. La reflexión que hizo fue exactamente la ya dicha, que le parecía un buen punto de partida para seguir reflexionando sobre este problema desde otros puntos de vista.
Creo personalmente que no consideraba aquello ningún desastre, ni ninguna ofensa directa contra cierta cultura ni aún menos una posible actividad con ciertas tendencias política ilegales implícitas.
¿Por qué no nos felicitó Amin? Pues yo creo que simplemente no pretendíamos eso. Me explico:
La actividad planteada era exactamente un rol playing. ¿Qué significa esto? En un rol playing lo que se pretende es que los participantes (en este caso el alumnado) participe en un juego donde, a través de un objetivo específico claro, vayan viviendo una historia. Cada participante vivirá la suya puesto que el juego es abierto. Hay ciertas normas a cumplir pero cada participante tiene libertad para moverse por el juego.
En el juego se pretende establecer un escenario que le de un significado al juego, a su vez que se introducen diferentes personajes que serán encargados de diferentes circustancias del juego (controlar todo, hacer cumplir las normas, realizar pruebas que permitan al concursante avanzar en el juego, simple decorado,...).
En nuestro caso cogimos una problemática (la dificultad que se encuentran en ciertos paises las personas que quieren venir a nuestra tierra a trabajar) y utilizamos la actividad para concienciar del mismo al alumnado en el entorno del Día de la Paz y bajo el lema de POR UN MUNDO SIN FRONTERAS.
Dicho esto se pidió un esfuerzo al profesorado para que realizasen pruebas que aunaran por un lado el componente lúdico (que enganchara al alumnado), los componentes propios de sus asignaturas y la relación, en la medida de lo posible, con el mundo árabe.
Creamos un mundo ficticio (no dejaba de ser un juego) aunque lo suficientemente cercano con la realidad para que fuese identificable. Todo el alumnado que jugaba pasaba a formar parte de una familia cuyo objetivo del juego era realizar pruebas para conseguir dinero que le permitiese rellenar un pasaporte que le permitiese pasar la frontera con España.
El símil, el acercamiento a lo diferente, el componente lúdico como aspecto motivador, la cooperación como necesidad para alcanzar el objetivo, la diversidad,... Tantos aspectos positivos se trabajaron que, quizás no tenga ojos más allá de mi ombligo, no dejo de pensar que fue una magnífica actividad.
Lo siento pero mi ombligo está justo en el centro del acto educativo y dentro de un instituto de secundaria concreto. Quizás por eso no nos felicitó Amin, yo no veo su ombligo y él no ve el mio. Pero de algo tengo la conciencia tranquila, nuestra intención ni mucho menos era ofenderle a él sino más bien al contrario, aportar nuestro granito de arena para hacer ver que lo diferente es solo eso "diferente", ni mejor ni peor.
No quiero terminar sin felicitar púbicamente a Eduardo Muñoz del Río el ingente trabajo que ha realizado para que todo esto haya sido una realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario