Como viene siendo costumbre en este centro, cuando un compañero o compañera se marcha, por la razón que sea, deja a buen recaudo el espacio donde ha ido guardando todo su preciado material de trabajo.
Un lugar que ha cobijado tantos papeles, convocatorias, libros,documentos, mensajes, regalos, sorpresas y todas las cosas que una persona pueda almacenar durante su paso por La Jarcia.
Casilleros para todos los gustos con pegatinas, llaveros, fotos y diversas decoraciones.
Un sitio personal y transferible porque siempre hay candidatos a ocupar el lugar abandonado...
Nunca olvidaremos a todas y cada una de las personas que han ocupado una taquilla en nuestro centro, que han compartido con nosotros momentos tan especiales y que en definitiva nos han hecho felices.
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