martes, 13 de febrero de 2007

POR LA CALIDAD DE LA ENSEÑANZA Y LA DIGNIDAD DEL PROFESORADO.

Un grupo de profesores, de varios institutos de la provincia de Sevilla, se han reunido espontáneamente para poner en común sus preocupaciones e inquietudes en relación con la situación actual de la Enseñanza Secundaria y el deterioro de nuestras condiciones laborales.
No defienden ni representan ninguna ideología concreta, ninguna opción política ni sindical. Sólo les une su carácter de docentes.

A) INTOLERABLE REALIDAD EN LAS AULAS:
Hemos perdido las condiciones dignas para impartir conocimientos.
Recibimos constantes faltas de respeto.
Carecemos de autoridad y de procedimientos para ejercerla.
Sufrimos violencia en los centros: psíquica, frecuentemente; física, en ocasiones.
Dedicamos alrededor de un 30 % de nuestro tiempo y energía a crear un ambiente de trabajo que debía venir dado.
Por ello:
Restitución de la autoridad del profesor y el equipo directivo. Recuperación de las competencias del claustro. Protocolos disciplinarios inmediatos y efectivos. Dotación de recursos humanos para alumnos con alteraciones graves de conducta.

RESTABLECIMIENTO DE LA LABOR DE ENSEÑAR:
No al aumento progresivo de la carga no docente (tareas burocráticas, administrativas, tutoriales y de otra índole propias de otros profesionales).
No a las improductivas reuniones de equipos docentes, de equipos técnicos, de tutores,... que con frecuencia suponen un incremento injustificado de horario. (Siempre se han realizado en casos necesarios y no hay necesidad de burocratizarlas).
No a los "¿trabajos?" sobrevenidos y, en muchas ocasiones, degradantes para quien no está capacitado, ni tiene por qué estarlo, para realizarlos: conserje, vigilante jurado, psicólogo, animador sociocultural, policía, mediador familiar, consejero sexual.
No a la consideración del Instituto como una guardería donde retener a los adolescentes durante unas horas al día.
Por ello:
Reconocimiento de las habilidades del profesor en el proceso enseñanza-aprendizaje de conocimientos como objetivo principal de la Enseñanza Secundaria y Bachillerato. Reconocimiento del trabajo del profesor (previo y posterior a las clases) fuera del aula y no necesariamente en el centro. Valoración efectiva y real del prestigio y méritos del profesor. Cursos de formación del profesorado, dentro del horario, y con permiso retribuido.

C) INCOHERENCIA E IGNORANCIA DE LA ADMINISTRA CIÓN EDUCATIVA :
Clara conciencia, y legislación acorde, sobre quién es el titular del derecho a acudir al aula y a recibir conocimientos.
No a la presunción de incumplimiento y a las medidas de control degradantes y desmotivadoras para el profesor.
No a la consolidación paulatina de medidas, órdenes y leyes que modifican y desnaturalizan las condiciones iniciales del trabajo de profesor.
No a los abusos de la Consejería hacia Equipos Directivos v profesorado,
No a las mentiras sobre "Autonomía de centros" y "Conciliación de vida laboral y familiar".
No a que un colectivo de profesionales sea fiscalizado y dirigido por unos consejos escolares repletos de „amateurs”.
Leyes de Educación consensuadas con los profesores de instituto, estables frente a cambios políticos.
Recordar a los altos cargos que si en la enseñanza convergen grados distintos (Grados A, B, C, D), sepan lo que corresponde a cada uno. No puede ser un "totum revolutum".
Claridad en la consideración de horas regulares e irregulares.
Valoración efectiva de una hora lectiva en la Enseñanza Secundaria.
Tareas de control a quienes sepan qué están controlando.

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