miércoles, 29 de noviembre de 2006

UNA AUTÉNTICA NAVIDAD.


Olvídate del pavo, del cordero, de los langostinos, del cochinillo, del besugo, y del champagne, que la cena de esa noche sea como la de otra noche cualquiera pero añadiendo simpatía, amor y generosidad con las personas que te rodean, si es que quieres vivir una auténtica Navidad.

No regales a tus seres queridos ningún objeto material, sino regálales cosas que no puedan adquirirse con dinero. No regales joyas, ni perfumes, ni flores, ni juguetes. Porque la mejor joya que puedes regalar a un ser querido es la de tu vida.

Un día de tu vida no lo puede comprar ni con todo el oro del mundo, se lo tienes que dar tú, gratuitamente, lo estará recordando todo el año.Tampoco le regales ningún ramo de flores, porque la mejor flor que puedes ofrecerle es una cara amable, sonriente y feliz; una cara que exprese cariño, ternura, comprensión o perdón, si hace falta.

Ni la ternura, ni el cariño, ni la comprensión, ni el perdón, ni la palabra amable, ni el brazo por encima, los va a poder comprar en ninguna tienda, ni siquiera en El Corte Inglés a pesar de la cantidad de productos que ofrece.

Ya es hora de que se vuelva a celebrar la Navidad de forma auténtica, de que nos dejemos de tanto derroche, de tanta jarana, de tantos excesos y sustituyamos todo esto por gestos de amor, de solidaridad, de comprensión, de perdón, en suma de más humanidad, aunque no haya cenas con pavos, ni con cordero, ni con langostinos ni con champagne, ni árboles llenos de regalos.

2 comentarios:

Juanmi dijo...

Totalmente de acuerdo!!
Un abrazo!

Anónimo dijo...

Precioso mensaje navideño. Con todas las bendiciones de la profe de Religión. ojalá poco a poco consigamos ir llenando nuestro ambiente de regalos que no tienen precio ni lugar donde comprarlo. Abrazo. Carmen Fernández